Luz, cámara... sicarios
Lunes, 22 de Abril, 2013
En
las primeras lecciones de publicidad el profesor suele preguntar ¿por
qué se venden y consumen más los huevos de gallina que los de pata?... y
la respuesta es obvia, porque la gallina al poner los huevos, cacarea,
sin embargo, la pata se queda en silencio
Por eso es que la propaganda y la publicidad es importante. Eso lo sabe el actual Gobierno que anda necesitando convencer al electorado de volver a depositar el voto azul para continuar otros cinco, o quien sabe diez o 50 años en el poder, como lo han anunciado.
Por eso es que han tratado de revertir en positivo la crítica situación que vivimos en Santa Cruz, donde “en vivo y en directo” han matado a ocho personas.
Esa es la causa para que el Gobierno responda también “en vivo y en directo”, con el “luz, cámara... sicarios” y los haga aparecer como por arte de magia, sin importar equivocarse o acusar a inocentes, como al parecer ha ocurrido en el caso del asesino del comerciante victimado y filmado con una cámara de seguridad del Parque Urbano.
Y también con fines electorales es que el ministro de Gobierno pide volver a la barbarie, al sálvese quien pueda, cuando ordena a los policías capturar vivos o muertos y darles la ley de fuga a los sospechosos.
Nos preguntamos entonces dónde queda el Estado de derecho, acaso el derecho a la vida no es el valor más importante de nuestra legislación. En nada, en papeles porque por encima está la voluntad política de quienes nos gobiernan y de quienes quieren sacarle algunos puntitos de ventaja a la inseguridad galopante que vivimos.
Y aclaramos que estemos en contra de los
linchamientos y de la ley de fuga no significa que no nos duela que
maten a nuestros compatriotas sin ninguna compasión, pero la pena de
muerte, no es remedio para esa enfermedad.Por eso es que la propaganda y la publicidad es importante. Eso lo sabe el actual Gobierno que anda necesitando convencer al electorado de volver a depositar el voto azul para continuar otros cinco, o quien sabe diez o 50 años en el poder, como lo han anunciado.
Por eso es que han tratado de revertir en positivo la crítica situación que vivimos en Santa Cruz, donde “en vivo y en directo” han matado a ocho personas.
Esa es la causa para que el Gobierno responda también “en vivo y en directo”, con el “luz, cámara... sicarios” y los haga aparecer como por arte de magia, sin importar equivocarse o acusar a inocentes, como al parecer ha ocurrido en el caso del asesino del comerciante victimado y filmado con una cámara de seguridad del Parque Urbano.
Y también con fines electorales es que el ministro de Gobierno pide volver a la barbarie, al sálvese quien pueda, cuando ordena a los policías capturar vivos o muertos y darles la ley de fuga a los sospechosos.
Nos preguntamos entonces dónde queda el Estado de derecho, acaso el derecho a la vida no es el valor más importante de nuestra legislación. En nada, en papeles porque por encima está la voluntad política de quienes nos gobiernan y de quienes quieren sacarle algunos puntitos de ventaja a la inseguridad galopante que vivimos.
A la violencia desmedida, al “sicariato” como no se ha cansado de repetir el Gobierno, hay que atacarlo en sus raíces, pues hay una relación de dependencia entre tolerancia a los cocales ilegales, aumento de la producción de cocaína y descontrol de la violencia criminal.
El resto serán saludos a la bandera, que se trasladen no sé cuántos “chahapumas” o se hagan los planes “tenaza”, “refugio seguro” o se les quiera colocar un chip con GPS a los reclusos de las cárceles, pues mientras el narcotráfico siga generando importantes cantidades de dinero, también habrá disputa entre cárteles, entre Pablos Escobares criollos y deudas, que seguramente provocarán discordias.
Eso sin olvidarnos de la delincuencia común que no mata tanto “en vivo y en directo” porque en los barrios marginales no hay cámaras, pero que igual nos hace vivir con el Jesús en la boca porque no hay patrulleros y autoridades que ni se miran por diferencias políticas. Y los helicópteros, algún día, después de unos 50 muertos más puede que empiecen a operar...
El autor es periodista
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